El entonces Obispo de Jaén manda al Párroco de Valdepeñas que le envíe una relación de los ermitaños de Chircales, los escritos y autorizaciones para vivir allí y un inventario lo más detallado posible de los bienes de la ermita. Dicho inventario debe ser hecho ante notario y constar en él los bienes dotados y anexados a la ermita y los propios de los ermitaños.
Una vez cumplida la comisión, el informe debe devolverse al Obispo.
El entones Párroco de Valdepeñas, el Lcdo. D. Alonso de Trujillo el día tres del mes de junio de mil seiscientos y nueve años, procede a la ejecución de dicho mandato episcopal.
Comparece el Ldo. Pedro Bujeda, presbítero, en la misma ermita de Chircales, el cual testifica que él no es el fundador, que los ermitaños tienen la autorización de los Obispos de Jaén y que está dispuesto a dar relación de todo lo que se le pide.
En la comparecencia se hallan presentes otros cuatro hermanos, residentes en el dicho sitio: Blas de Osuna, Diego Ruiz, Alonso Sánchez y Alonso Morales.
Entre los documentos aportados aparece una autorización dada al hermano Blas de Osuna en estos términos:
El Lcdo Olea, provisor y Vicario General en todo este Obispado, por el deán, sede vacante, doy comisión al Lcdo. Bitoria, prior de la Iglesia del Señor Santiago de Valdepeñas para que ante él pareciere Blas de Osuna, vecino de Granada y stante en la dicha villa y pueda tomar el ábito de hermitaño para vivir en recogímiento y soledad, se lo doy y dado, le doy licencia al dicho Blas de Osuna para que abite en una celda que el dicho prior le señalare en el dicho sitio de Chircales, término de esta villa, do ay otros hermitaños y encargo al dicho prior como a los demás priores y curas de este Obispado, le favorezcan y encomyenden al Señor Jesucristo o si ubieren necesidad le ayuden con sus limosnas, y permanezca en este ábíto, atento que (puesto que) soy ynformado de su buena vida y costumbres y asimismo exhorto y prego a los curas y vecinos no le molesten, antes bien lo favorezcan para que permanezca en el servicio de Dios, dado en Jaén, a treinta y uno de mayo de mil quinientos noventa y seis.
El Lcdo. Vitoria el 23 de junio del mismo año, en la misa conventual del domingo entregó solemnemente el hábito a dicho hermano.
No deja de ser interesante la autorización de otro Obispo de Jaén, por los nuevos datos que aporta y que la transcribimos íntegramente:
D. Sancho Dávila y Toledo, Obispo de Jaén, del Consejo del Rey nuestro Señor hacemos saber a los que la vieren como ante Nos pareció el hermano Diego Ruíz, vezíno de Valdepeñas y dijo que hace años que desca tomar el ávito de San Pablo, primer hermítaño, y vivir con él en soledad en el desierto acompañando a los hermanos que residen en el sitio de Chircales y que nos suplicaba lo mandásemos dar licencia para tomarlo, atento que no a de mendigar y que de sus bienes y patrimonio se sustentava como lo façen los demás hermitaños que viven en el dicho sitio, lo qual por Nos visto, y habiéndonos informado de la virtud, de la umildad y buenas costumbres del susodicho Diego Ruiz y que, a casi doce años que desea tomar el dicho ávito, por nuestra parte le damos licencia para que se le pueda poner y façer como lo pide y pueda vivir con los dichos hermanos en el sitio de Chircales, atento que(puesto que) nos parece se a de servir nuestro Señor. Dado en Jaén a veinte y cinco de mayo de mill quinientos siete años.
Son muy interesantes los datos de este joven. Es admirable que lleve esperando doce años para entrar en Chircales. Causaba una gran admiración en el pueblo la vida de estos hombres dedicados a la penitencia y a la oración. El obispo hace resaltar su humildad, y sus buenas costumbres. Se trata de un grupo, que no se dedica a mendigar, ya que el párroco y obispo han cuidado de que tengan los bienes mínimos para poder vivir. Combinan la vida religiosa con el trabajo en el campo, es curioso como en los testamentos de todos los ermitaños se encuentra un azadón, como signo de su trabajo en el mundo rural, como veremos posteriormente.
Un mes después se le concede la autorización para tomar el hábito a Alonso Sánchez en estos términos:
Don Sancho Dávila y Toledo Obispo de Jaén, del consejo de su Magestad, por la Presente damos licenzia para que pueda ponerse y traer el ávíto de San Pablo, primero hermitaño, Alonso Sánchez, vezino de Valdepeñas, natural de tierra de Guete y residir y morar en Chircales, término de Valdepeñas, con los demás hermitaños, atento que nos a constado de que el dicho hermano tiene bienes propios con que poder pasar sin Pedir limosna. Dado en Jaén a veinte y cinco de junio de mill siescientos y siete años.
Quiero resaltar que no sólo se da cobijo a los naturales de Valdepeñas. Los lugares de origen son más variados, incluso fuera de la diócesis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario