Cuando empieza el eremitorio de una manera más oficializada, es con motivo de la creación de una obra pía o patronato, de muy poca monta, hecho por Juan Castellano. Juan Castellano estaba casado con Isabel Ruíz y tenía cinco hijos Francisca, Juan, Gabriel, Ana y María.
En la documentación aportada por el ermitaño Ginés, en el pleito del que hablaremos largo y tendido con posterioridad, aparece Una escritura de fundación de Juan Castellano. Esta escritura se encuentra en el expediente del pleito, porque Ginés de Nápoles, en fecha 9 de febrero de 1590, pide a Fernando Soto, alcalde de Valdepeñas, copia de la escritura hecha ante el escribano Rodrigo Álvarez por Juan Ruiz Castellano, el 13 de abril de 1566 con el fin de poder defender sus derechos. El testamento se otorga en casa del Maestro Gaspar Lucas, que firma en nombre del otorgante, al no saber escribir. Firman como testigos Pedro del Sauce y Diego Fernández de Castilla. De ello se deduce que el Maestro Gaspar Lucas, del que hablaremos mas adelante, tenía en este momento casa en Valdepeñas.
La copia del testamento es firmada por Alonso de Herrera y el Beneficiado Lucas de Torres, escribano de la villa.
Juan Castellano pretende hacer un patronato u obra pía. Una obra pía o patronato se constituye por la donación de unos bienes, al frente de los cuales se pone a un patrón o patronos como administradores de ellos, con unos fines en este caso, religiosos.
El testamento empieza diciendo Yo Juan Castellano, becino que soy de la villa de Valdepeñas, digo que por quanto yo dí a Pedro Fernández, ermitaño stante en la dicha villa para los días de su vida y para recogimiento un pedaço de tierra, término de la villa de Valdepeñas, el qual de presente lo tiene y posee el dicho Pedro Fernández, está recogido en él e porque la dicha obra es para servicio de Dios nuestro Señor, la quiero ampliar como de uso se fará menzión.
(Lo cual supone que en Chircales, antes de la fundación del pueblo, había edificios antiguos, ya que desde el año 1568, que se otorga el testamento que estamos comentando, van solo 20 años. El llamarlos viejos indica que llevaban tiempo derruidos. ¿Cuándo? ¿En la época de los árabes? ¿En la época visigótica? Con los escasos datos que tenemos, no podemos afirmarlo, aunque sospechamos que pueden ser de la época visigótica.)
Es de advertir que no se especifica el tiempo que hace que le entregó el primer pedazo de tierra.
Posteriormente, como el mismo afirma, le da seis fanegas, junto a unos solares de piedra, de edificios viejos, alindando con las peñas de otro pedaço de tierra que tengo dado al dicho Pedro Fernández.
De ello se deducen dos hechos que quiero resaltar: El ermitaño Pedro Fernández ya vivía en Chircales, antes de la fundación de Castellano, posiblemente instalado en la cueva y viviendo de la primera donación que le había hecho. Con él habría otros ermitaños, cuyo nombre desconocemos.
En este lugar de Chircales había edificios antiguos, con anterioridad a la fundación de Valdepeñas, posiblemente de origen árabe o visigótico, como se afirma en la misma escritura.
Los linderos de la finca donada son éstos: Linda con tierras del hijo menor de Juan de Linares, con tierras de Juan Gómez, vecino del Castillo de Locubín, con tierras de la mujer de Juan de Becerra y con tierras que se ha reservado Juan Castellano, el cual da la oportuna autorización para que se pueda entrar, con el menor daño posible, a las tierras donadas.
Los linderos de la finca donada son éstos: Linda con tierras del hijo menor de Juan de Linares, con tierras de Juan Gómez, vecino del Castillo de Locubín, con tierras de la mujer de Juan de Becerra y con tierras que se ha reservado Juan Castellano, el cual da la oportuna autorización para que se pueda entrar, con el menor daño posible, a las tierras donadas.
Mientras que él viva se reserva el derecho a ser patrono.
Una vez que muera, queda como patrono el Maestro Gaspar Lucas, presbítero, vecino de Jaén y Párroco de San Bartolomé de la dicha ciudad.
El patronato se constituye para siempre, ya que no da autorización para que se pueda vender ni enajenar ni hipotecar estas tierras, ni nadie pueda mezclarse en su administración, ni siquiera el Prelado de la Diócesis. Es función del patrono, además de la administración de los bienes, el admitir y seleccionar a los ermitaños, aunque la aprobación para recibir el hábito debía darla el Obispo.
La finalidad de la fundación queda perfectamente delimitada con estas palabras para que sea para siempre jamás recogimiento de hermitaños de buena e santa vida que sirvan a Dios nuestro Señor.
En compensación de esta donación ruega a los ermitaños que están o estuvieren en la dicha tierra que rueguen a Dios nuestro Señor por su ánima.
En una escritura posterior, otorgada el día el 13 de julio de 1567 clarifica cuales son las funciones de los patronos y nombra otros nuevos.
Quiere que el Maestro Gaspar sea cabeza principal del dicho recogimiento y que los ermitaños lo obedezcan y acaten sus órdenes.
Aclara que el que esté al frente del dicho patronato debe ser sacerdote.
Nombra también como patrón a su hijo Juan Ruiz de Moya y al Maestro Luis de Noguera, prior de la parroquia de la Santa Cruz de Jaén.
La elección de estos dos presbíteros es debida a la amistad personal con el Prior de la Santa Cruz con Gaspar Lucas, ya que su hermano Alonso era el propietario de la fábrica de vidrio existente en Valdepeñas.
El nombramiento de Luis de Noguera podría ser debido o a sugerencia de Gaspar, al ser ambos clérigos amigos, o por el conocimiento personal que tuviera el fundador del mismo, al venir en alguna ocasión al pueblo, acompañando a Gaspar. Estos dos personajes tuvieron una incidencia muy grande en la vida religiosa del Jaén del XVI, como señalaremos con posterioridad.
Tal como se deduce de estas dos escrituras, parece ser que hasta el año 1566 no había construida ninguna edificación religiosa en el lugar de chircales o a lo sumo una capilla de muy escasa importancia, usando las cuevas anejas al santuario como vivienda.
Casi de la misma época es un capellanía fundada por Manuel Ruíz de Montoro y su esposa Catalina López, ambos vecinos de Valdepeñas. Estos el día 3 de enero de 1568 hicieron donación de un pedazo de tierra de riego, zercado, que está en la calle que llaman del Chorrillo, junto a la población de la villa, con morales del Maestro Gaspar Lucas, clérigo presbítero, que fue de esta villa, bajo de los linderos que comprenden, que son por la parte del poniente y norte dos calles, la una que sale al Chaparral y la dicha citada, que va al dicho Chorrillo y por los dichos dos costados levante y medio día, güerto que oy posee Pedro Cortés, vecino desta, cuya donación fue por escritura que se otorgó ante Rodrigo Álvarez...... con cargo a quatro misas rezadas que se han de decir perpetuamente en los días de Pascua de Resurrección, y otra por Pascua del Espíritu Santo y otra el día de la Encarnación del hijo de Dios.
Esta donación se la hicieron a Gaspar Lucas, que era también Patrón de la Fundación de Juan Castellano. Dieron poderes a Gaspar para que nombrara Capellán de ella. Por los términos de la donación se deduce claramente que Gaspar Lucas tenía o tuvo casa en Valdepeñas, y que fue clérigo presbítero de esta villa, antes de ser párroco de San Bartolomé. Uno de los testigos que firman la escritura es su hermano Alonso, que era dueño de la fábrica de vidrio.
Lo más interesante de esta escritura es que hace referencia al eremitorio en estos términos: E por quanto en Chircales, témino de esta villa de Valdepeñas se a comenzado a facer y se quiere facer recojimiento de ermitalos e personas recogidas. Mandamos que si en dicho recojimiento hobiere algun sacerdote, que subceda la dicha capellanía para decir las cuatro misas de uso declaradas, después de los días de la vida del Maestro Gaspar Lucas.
En dicha escritura autoriza al capellán para que pueda vender la predicha finca con tal que con el importe compre otra cerca de Chircales.
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