INDICE GENERAL DE LA OBRA

miércoles, 12 de noviembre de 2008

32. Los Exvotos


Los exvotos son una ofrenda hecha por un donante a Cristo, a María, a los santos, por un favor, una gracia o un milagro. El contenido de estos exvotos, a través de la historia, ha sido de lo más diverso: Mortajas, fotografías, trajes de novia, hábitos, estatuas pequeñas, tablillas, figuras de latón, cabellera, etc.

No obstante, la ofrenda más común sigue siendo la cera, que se consume hasta su agonía definitiva al pie del benefactor. La blanca cera de la laboriosa abeja ha estado presente en todas las culturas como ofrenda a la divinidad en cualquier tipo de culto.

Uno de los exvotos más bellos han sido los cuadros, hechos por el mismo pueblo, en un momento en que no existía la fotografía. Estas creaciones de la pintura popular tienen un especial embrujo, ya que expresan los sentimientos del pueblo, sin ningún alarde pictórico.

Me impresionaron de joven estos pequeños cuadros, hechos por personas con escasos conocimientos de arte, que constituyen un admirable medio para conocer la piedad, vida, mobiliario y vestimenta de la época. Se conservan en la actualidad sólo 11 de ellos, aunque recuerdo que en la cueva de Chircales y en la casa de santero eran muchos más. En la mayor parte de los santuarios han desaparecido estos cuadros, al no saber apreciar el valor histórico que tienen.

Los cuadros tienen una sencillez, una naturalidad, un encanto, que entusiasman al espectador. Hay en todos ello un trasfondo de piedad y de gratitud, reflejada en la cara de cada uno de los personajes. En todos ellos el protagonista es un enfermo, recostado en una cama de la época. Junto a la cama uno o varios orantes, de rodillas ante un Cristo crucificado, que en ocasiones se refiere al Cristo de Chircales. En uno de ellos aparece un sacerdote administrando la unción de enfermos.

Los cuadros estan pintados sobre lienzo, sobre tabla o sobre madera con preparación de papel.

Las enfermedades de las que son curados vienen indicados en tres cuadros: Dos están enfermos de tabardillo y uno de una angina gangrenosa. En los otros se habla de una enfermedad grave. En uno de ellos la curación parece ser que se refiere a unos mulos, con los que se presenta el protagonista ante el Cristo de Chircales. Los cuadros están fechados entre 1855 y 1872. En cuanto al lugar en que se pintaron, la mayoría se hicieron en Martos y otros dos en Torredonjimeno. Ello tiene su explicación por la gran devoción que tenían al Cristo de Chircales en estas ciudades. Creo que los que había de Valdepeñas desaparecieron recientemente y tenían una inferior calidad.

Vamos a ver detenidamente cada uno de los estos cuadros, cuyas fotografías pueden verse al final de este trabajo.

En el número 1, en la que parece una orante ante un Cristo, y una mujer en la cama. Es interesante el juego de luces del pintor, dentro de su simplicidad: Estando Francisca de Radas gravemente enferma, con un tabardillo, su madre María de los Dolores, miró al Santísimo Cristo de Chircales, pidiendo su salud y estando en esta súplica consiguió su perfecta salud. Año 1856. Esta enferma es de Torredonjinieno.

En el número 2 aparecen dos damas, ataviadas con largos vestidos negros, al pie de una alta cama metálica, mirando a la enferma que está recostada y cubierta por una blanca sábana y una colcha roja. Del crucifijo, colocado en un dosel, emana un rayo de luz, que cae sobre el enfermo. El cuadro, pintado al óleo sobre lienzo, tiene un cierta calidad artística. La literatura es la siguiente: Francisca Ariza, de 7 años de edad, enfermó en gravedad, en septiembre de 1876, sus padres imploraron al Santo Cristo de Chircales su salud, alcanzando esta gracia.

En el número 3, junto a la cama, de rodillas, aparece una suplicante, sencillamente vestida y un enfermo en una cama de hierro forjado, cubierta con una colcha azul. En el centro de la pared un cuadro con el Cristo.

El pintor juega bien con la luz, aunque las figuras son evidentemente desproporcionadas. El letrero sólo es en parte legible y dice así: En acción de gracias por haber recobrado la salud. José Ocañas Valderrama le recordó al Señor de Chircales....
Por el apellido el enfermo posiblemente sea de Torredonjillieno.

En el número 4 aparece una mujer vestida, con una toca negra, con sus manos cruzadas, ante un cuadro del Cristo de Chircales, que cubre toda la fachada de la habitación. A su espalda un enfermo, recostado en una cama de madera, orlada con un paño azul, con flecos blancos, que tapan al enfermo, dejando ver su cara. El texto que acompaña al cuadro es el siguiente: Hallándose José Pérez García, natural y vecino de Martos gravemente enfermo con una angina gangrenosa, fue curado instantáneamente, cuando con su familia se encomendó a la milagrosa imagen del Santísimo Cristo de Chircales en el 9 de marzo de 1855.

En el número 5, pintado sobre metal, aparece un hombre, de rodillas, en actitud de súplica, ante un crucifijo iluminado. En la parte opuesta, una cama de madera en la que aparece recostado un enfermo, al que el sacerdote da la extremaunción y la absolución penitencial. La literatura es ésta: Estando Antonio Donaire López Fernández, vecino de Martos, gravemente enfermo con tabardillo, que se puso a punto de morir, su padre Juan Donaire, se encomendó al Santísimo Cristo de Chircales, aciendo una fervorosa suplica y consiguió su completa salud. Año 1870.

El número 6, pintado sobre metal, es de muy escaso valor artístico. En este caso el orante viene acompañado de dos mulos. El milagro parece ser que se polarizó en alguno o en ambos jumentos. El pintor es el del cuadro anterior por estructura del dibujo y sobre todo por la iluminación del Cristo, que es idéntica.. El texto es sólo legible en parte: Hallándose Amador Ferreiro, vecino de Martos, en grave situación en el año 1785...

En el número 7, pintado sobre metal, aparece una señora, dando un vaso de leche a una hija, que aparece recostada en una cama, con una colcha rosada. En la pared el Cristo aparece también iluminado. El autor posiblemente sea el mismo del numero 5. El texto es el siguiente: Estando María Inacia Castillo, vecina de Martos, gravemente enferma con tabardillo, casi sin esperanza de vida, en este apuro, se encomendó fervorosamente al Santísimo Cristo de Chircales y consiguió su más completa salud en 1866.

El número 8 está pintado sobre metal. Aparece una enferma recostada en una cama de madera. Una señora le está dando algo de comer a la enferma. En la pared aparece la imagen de Cristo crucificado. Aunque no lo dice el texto, el donante es de Martos, de la familia de D. Manuel Caballero Vénzala, canónigo de la Santa Iglesia Catedral. El cuadro tiene escaso valor. El texto es éste: Hallándose enferma Casilda Vénzala Luque se encomendó su madre Francisca Luque y Bonilla a el Santísimo Cristo de Chircales y recobró la salud, año 1856.

El número 9, pintado sobre metal, presenta un enfermo reclinado en su cama y tres mujeres, en actitud de petición, mirando a un religioso que de rodillas mira a un Cristo crucificado. Es sin duda el mejor de todos los cuadros, por la armonía de sus líneas, la combinación de los colores y postura integradora de los personajes. El cuadro posiblemente esta pintado en Martos. Tiene cierto aire goyesco.

El texto es el siguiente: Pedro Alcántara Giménez enfermó en 1868. Su mujer Juana María Giménez, viéndolo en tan grave estado, imploró su salud al Señor de Chircales. Alcanzada su gracia cumple su ofrecimiento en 1882.

El número 10 es el de menos valor de todos ellos. Sólo aparece el Cristo y una mujer en la cama, sin literatura.

En el número 11 aparece una enferma en la cama y un hombre de rodillas, ante el Cristo de Chircales, implorando la curación de su mujer. El pintor maneja bien la técnica pictórica y el cuadro tiene una gran calidad. No tiene ninguna inscripción.

1 comentario:

crafaga dijo...

Me parece un trabajo sumamente bueno e importante, que a cualquier persona interesada en el tema del Cristo de Chircales, como es mi caso, tiene documentación extensa seria y creíble.GRACIAS.