INDICE GENERAL DE LA OBRA

miércoles, 12 de noviembre de 2008

31. El Sentido del Santuario


Llegados a este momento, quiero hacer unas reflexiones que tienen mucha importancia. Ya he dicho que la ermita de Chircales se trasforma en el santuario de Chircales. Este simple cambio en la terminología demuestra que a partir de principios del siglo XVII existe una gran devoción al Santísimo Cristo de Chircales.

En el nuevo Código de Derecho Canónico el santuario es una Iglesia o un lugar sagrado, al que por un motivo especial de piedad, acuden los fieles en peregrinación (can. 1230).

En el santuario, como expresión, sede y manifestación de una religiosidad popular, aparecen, como elementos prevalentes, el peregrinaje y la devoción del pueblo a un Cristo, a un Santo o a Maria, que se manifiesta con visitas frecuentes, con la entrega de exvotos y la manifestación de otros actos de culto.

El santuario es misterio. El hombre busca el encuentro con Dios a través de la soledad. Está fuera del tumulto de la ciudad, normalmente en un sitio alto o en paraje exuberante de frondosidad. El santuario es más que una ermita, y más que un templo. En el Santuario todo gira en torno a una devoción concreta, que crea y recrea algo tan especial y tan profundo que da sentido a un pueblo e incluso a una región. La devoción al Cristo de Chircales llega a identificarse con las raíces religiosas y culturales de Valdepeñas.

Nace, como dicen los antropólogos, de la necesidad que el hombre tiene de lo sagrado, en una sociedad tan pobre y miserable, como era la barroca. Las guerras, la peste, el hambre, las enfermedades hacen que el hombre palpe su contigencia y tenga necesidad de implorar los favores divinos.

El Santuario es misterio. Es el lugar donde ser realiza lo maravilloso, el prodigio y el milagro y al mismo tiempo es lugar de acogida, donde el hombre se encuentra con lo divino. Al Santuario se acude no sólo para implorar una curación, o la solución a un grave problema, sino para entrar en contacto con Dios, desahogarse contándole sus penas y preocupaciones o implorar una dádiva, o un don en un momento de pena o dolor.

El Santuario es creación del pueblo. También ha existido en otras culturas no cristianas. Es el pueblo cristiano, con su religiosidad popular tan característica, el que lo crea y lo recrea, al constatar que en él se encuentra el foco y el centro de su existir. Por este motivo el pueblo crea el Santuario, y el santuario crea la identidad de un pueblo. Es interesante el dato sociológico que el santuario es siempre anterior a una cofradía o a un grupo de personas, aunque posteriormente en casi todos hay una cofradía o un grupo, que termina responsabilizándose de su gestión y mantenimiento.

Los santuarios son centros de oración, lugares de retiro y encuentro con Dios y los hermanos; son foco de caridad, sitio de acogida para todos los que Se acercan a sus muros, especialmente para los más pobres, y una luz que enciende la esperanza y la ilusión.
Esto ha sido el Santuario de Chircales para los valdepeñeros.

El Papa Juan Pablo, ha elaborado, lo que pudiéramos llamar, la teología del Santuario. Viene a recordarnos que no debemos vivir instalados en el presente, sino estar siempre en camino, peregrinando.

La peregrinación en un sentido cristiano, nos recuerda que caminamos hacia el Padre asidos por la esperanza cristiana. Es un momento para lo festivo, pero también para la plegaria y el sacrificio.

Peregrinar.. ¡Miles y miles de valdepeñeros han recorrido, pisando con sus píes descalzos el polvo y guijarros del largo camino, con la oración y la petición en sus labios! ¡Cuántas luces y cuántas esperanzas han nacido al ritmo de tanto peregrinar!

En el ascenso al santuario, el Papa, distingue tres momentos: La partida el camino, y la acogida de los peregrinos cansados del largo caminar y la celebración litúrgica.

El santuario como persona moral puede poseer bienes y ser sujeto de privilegios (can. 1233).
El código hace una llamada a los rectores para que cuiden el servicio litúrgico, el anuncio de la palabra de Dios, especialmente en la eucarística, la atención a los penitentes en el sacramento de la penitencia y la celebración de otros actos de piedad aprobados por la Iglesia (can. 1234, & 1).

El Código de derecho canónico urge la necesidad de que se conserven con seguridad los exvotos de arte popular y de piedad, ya que ellos son parte de la historia de un pueblo (can. 1234, & 2).

Los santuarios comienzan a florecer de una manera especial en el siglo XIV y tienen una gran implantación en todas las regiones del mundo.

En sus viajes a España ha recordado también el Papa el influjo, incluso en el plano civil, que han tenido los santuarios: Europa entera se ha encontrado a sí misma alrededor de la memoria de Santiago, en los siglos en que se edificaba como continente homogéneo y unido espiritualmente. Por ello, el mismo Gotee insinuara que la conciencia de Europa ha nacido peregrinando. La peregrinación a Santiago fue uno de los fuertes elementos que favorecieron la comprensión mutua de pueblos europeos tan diferentes, como los latinos, germanos, celtas, anglosajones, y eslavos.

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