INDICE GENERAL DE LA OBRA

miércoles, 12 de noviembre de 2008

27. La Primera Epidemia


Es la primera peste documentada, que conocemos. Se inicia en el 1647 y dura hasta el año 49. Posiblemente entró en Valdepeñas por Fuensanta o Castillo de Locubín, ya que no afectó a la ciudad de Jaén por las severas medidas que tomaron las autoridades civiles. En este periodo mueren en Valdepeñas, en 1647, 44 adultos, en 1648, 104 y en 1649, 28 y en 1650, 32. En el año siguiente está la peste erradicada, ya que sólo mueren 11 adultos. No conocemos el número de párvulos que murieron al no llevarse control de la muerte de niños en los libros parroquiales.

Para hacernos una idea del tanto por ciento de las personas que mueren en estos tres años, sabemos, según el Deán D. José Martínez de Mazas que Valdepeñas en el año 1595 tenía 182 casas, 227 vecinos y 908 almas. En 1792 crece en gran medida esta proporción, ya que hay 446 casas, 753 vecinos, y 3.132 almas. Jiménez Patón en 1628 dice que Valdepeñas tenía doscientos veintisiete vecinos, un priorato y un beneficio servidero. Atendiendo a estas erstadísticas, e incluyendo el posible número de niños, es escalofriante el tanto por ciento de muertes.

Era lógico que el miedo, terror, pánico y horror estuvieran reflejado en el semblante de todos. Nunca el hombre se sintió tan indefenso e impotente ante la muerte. La muerte termina en pocos días con aquel en quién se ha instalado la enfermedad. Casas enteras eran desarticuladas por la muerte de uno o de dos cabezas de familia. Hay casas en las que mueren el padre, la madre y tres hijos, como sucede con la familia González de La Cruz, y Extremera etc. El cólera era la enfermedad mas temida en todo el occidente.

No tenemos noticias documentadas de la incidencia de la peste en 1601.

La peste de 1680, que tantos muertos se llevó en España, no entró en Valdepeñas, ya que sólo mueren 19 adultos y en el año anterior y siguiente 24 y 27 respectivamente.

En estos momentos, en que la medicina se sentía impotente y el hombre totalmente indefenso ante la inminencia de la epidemia, no le quedaba más alternativa que acudir a Dios. Es muy significativo que sea a partir de este momento, cuando empieza a aumentarse e incrementarse la devoción al Santo Cristo. A través del siguiente recorrido de datos, se puede comprobar que mis afirmaciones no son gratuitas, sino que están muy fundamentadas.

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