INDICE GENERAL DE LA OBRA

miércoles, 12 de noviembre de 2008

29. Otros datos sobre Chircales


Los encontramos en el año 1707: Pedro Padilla, vecino de la Villa de Martos, por escritura que otorgó ante Juan Gallego, escribano desta villa, fundó una memoria de una misa rezada en cada año en el Santísimo Cristo de Chircales y la cargó sobre un haza y alibar que donó por escritura pública fecha en seis de octubre de 1706.

La obligación empieza en el año 1707. No se cumple hasta el año 1734, ya que el visitador urge el cumplimiento de esta obligación de decir 27 misas no aplicadas. Éstas se dicen en Valdepeñas y no en Chircales. Las misas las dice Contreras, que firma así su cumplimiento.

Esta fundación de tan poca monta nos da un dato importante para la Historia. La Fundación la hace no en la ermita de Chircales, sino en el Santísimo Cristo de Chircales. Lo cual indica que lo que empieza a definir a Chircales es el Cristo. El hecho de fundar una memoria al Santísimo Cristo de Chircales indica que ya existe una especial devoción consolidada en Valdepeñas al Cristo de Chircales en 1707. Es curioso que el fundador sea vecino de Martos. Por otra parte, que las misas se digan en Valdepeñas y no en Chircales, como estaba previsto, nos indica que no hay capellán fijo en Chircales, siendo atendidas las misas por los sacerdotes del pueblo y que en esta época no había ermitaños clérigos.

Sabemos que en el mismo año se están haciendo obras en la ermita. Es significativo el donativo que hace en su testamento Francisco Serrano de Castro, marido de maría Marin, en el año 1707 y mandó al Santísimo Cristo de chircales un bellon de limosna y que sirva en la dicha obra de la dicha ermita tres días sin interés alguno una pollina que tiene.

El donativo y la prestación son indicativos, ya que hace suponer que muchos vecinos devotos del Cristo prestaban sus servicios para las obras que se estaban realizando, en concreto, prestando su burra para que trabajar durante tres días.

A los pocos años, el 12 de noviembre de 1723, se hace una nueva fundación Su tenor es éste: Dñª Catalina de Castro, por su testamento, que otorgó ante Joan Gallego de Quesada, escribano desta villa de Valdepeñas, suf echa el día 12 de noviembre de 1723. Mandó se digan dos misas rezadas por su anima e intenzión en cada un año perpetuamente y que dicha memoria corra desde el día de su fallecimiento, que fue el día 20 de dicho mes de noviembre de 1723, cuya memoria se impuso sobre un haza de doce fanegas de tierra poco más o menos que tenía en el sitio de Chircales; cuya memoria es a cargo del Santuario de Chircales, por haber dejado dicha haza, a dicho santuario y dichas misas se han de decir en dicho santuario, como consta en el libro nuevo de visita.

Sólo quiero señalar dos datos importantes, que nos descubre esta memoria. Es la primera vez conocida que se hable del santuario de Chircales.

La fundación se realiza en dicho santuario, con lo cual se indica que se consideraba que el santuario tenía como tal una cierta entidad jurídica, en la que se podían hacer fundaciones. Este hecho, a simple vista intrascendente, tiene jurídicamente cierta relevancia. Las dos misas de la memoria se deben levantar en la misma ermita, o mejor en el santuario.

A partir de este momento el crecer y la expansión del santuario comienzan a ser rápidos.

A los catorce años (1737), en un testamento hecho por el presbítero Juan Ignacio de Quesada de los Monteros deja una sustanciosa cantidad de dinero para unas obras que se están haciendo en el dicho santuario de Chircales. Son sus albaceas los presbíteros Juan Ruiz de Contreras y Matías Lorenzo Ibáñez de Robles.

En la ejecución del testamento se reseña lo siguiente: Item da el dicho apoderado mil quinientos cinco reales y treinta maravedís que el dicho difunto legó y mandó para una vez al Santuario del Santísimo Cristo de Chircales para que se distribuya por los albaceas en la obra que con licencia del Señor Obispo se está haciendo en el dicho santuario. Así consta del recibo que el citado Matías Ibáñez, presbítero, hizo de dicha distribución.

En el testamento original aparece mas claramente el destino de este sustancioso donativo: Asimismo mandó al Santuario del Santísimo Cristo de Chircales, que está en el término desde villa, cien pesos escudos de a ocho reales de plata cada uno para que con ellos se labrase un cuarto arrimado a la ermita del dicho santuario por la parte del poniente para que casso que viviese en algún tiempo capellán en el dicho santuario lo avitase y que su voluntad era no se extraviase la manda en manera alguna y que se le entregase dicha cantidad, luego que falleciese el dicho testador, a Matias Lorenzo Ibáñez, presbítero, vecino desta villa para que por su mano corriese la distribución de dicha manda.

Además de esta donación en dinero, hace esta otra: Asimismo mandó al referido santuario del Santísimo Cristo de Chircales quatro platos de plata para que se haga la lámpara para el mismo espacio y que no se distribuya en otra cosa, sino en lo declarado.

El cuadro sigue completándose, ya que se afianza el título del Santuario del Santísimo Cristo de Chircales. Sabemos que en este momento no hay nombrado capellán que atienda los servicios espirituales en Chircales, aunque con seguridad tenía su administrador. No obstante Chircales comienza a tener cierta relevancia, ya que uno de los presbíteros más influyentes y económicamente más fuertes, por la cuantía de su testamento y el origen familiar, como vimos en otro lugar, deja la misma cantidad de dinero para Chircales que para la construcción de la catedral de Jaén que se está haciendo en ese momento.

En el día tres de febrero de mil setecientos quarenta y dos Matías Lorenzo Ibáñez de Robles, presbítero, junto con su hermano fundan una capellanía para que se celebre un aniversario en el santuario de Chircales. Este presbítero era amigo y albacea de Juan Ignacio de Quesada de los Monteros. Los dos tuvieron una especial devoción al santuario de Chircales.
El tenor de la fundación es el siguiente: Fundó y dotó para después de su fallecimiento un aniversario perpetuo, sus derechos diez y seis reales y diez y siete ms. Que a de satisfacer a esta colecturía el capellán que los referidos fundaron para que se oiga missa todos los domingos y días de fiesta en le referido santuario y lo cumplan sobre posesión única que por sí agregó a la dicha capellanía que es un haza de cinco fanegas de tierra de labor en el sitio que llaman la haza de Juan de la Maza y linda con el río de Susana y con tierras del cortijo de la Bentílla al mayorazgo de que fundó D. Agustín de Arceo y en el cerro del Castellón. Consta de la dicha fundación que se otorgó a tres de febrero de mil setecientos setenta y dos años ante Eufrasio Antonio de Torres, escribano público desta villa.

Es cuantiosa la donación que hacen los hermanos en esta fundación y es muy interesante que tenga como fin que se pueda decir misa en el santuario de hircales todos los domingos y días de fiesta, ya que debía de haber estos días una gran afluencia de fieles a ver el Cristo junto con el vecindario de los cortijos cercanos.

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