Prólogo del Autor

Hace muchos años que tenía en mi mente escribir la historia del Santísimo Cristo de Chircales. Chircales era un misterio lleno de luces y de sombras. Muchas preguntas habían aflorado a mi mente. No tuve tiempo de dedicarme con anterioridad a descifrar tantos interrogantes. Ahora, con sosiego, intenté responder a estas preguntas. Busqué muchos papeles viejos que me ayudarán a descifrar el misterio. La tarea era difícil y larga, ya que se trataba de una historia de una aldea que nació acunada por el río Susana y Ranera, en la que no había habido ni cronistas ni historiógrafos.

Los datos estaban muy dispersos y era necesario reunidos e interpretarlos.

Después de una larga investigación, os ofrezco a todos mis paisanos el fruto de este trabajo, en el que os presento parte de la historia de este pueblo, que está tan ligada al Santuario de Chircales.

Valdepeñas se identifica por sus ríos, por sus gentes, por sus montañas, pero sobre todo por su Cristo. El Cristo está en el corazón de todo Valdepeñero. En otros asuntos puede haber discrepancias, pero cuando se habla del Cristo brillan los ojos de todos sus devotos.

Su imagen está en todas las casas y en las carteras de todos sus habitantes junto con las fotografías de sus más íntimos.

A todos vosotros os dedico este trabajo hecho con gran ilusión y amor.

Quiero también dedicarlo de una manera especial a los Hermanos Mayores y las Juntas de Gobierno de las Cofradías de Valdepeñas y de Jaén, que con tanta constancia y tesón en estos últimos años han incrementado de una manera espectacular la devoción a nuestro Cristo.

No puedo olvidar a Lugia y a todos los que en estos años han trabajado en esta empresa, dando a conocer estas historias pequeñas, pero muy importantes para nuestro pueblo. Ellos han sido los primeros en esbozar este camino de la historia de nuestro Cristo y de nuestro pueblo de una manera seria y científica.

Espero que leáis esta historia con el mismo amor y cariño con el que la he escrito.

El Autor